Makinasq´a es mundo

Makinasq´a es mundo

En el corazón de la marca Agustina late un arte ancestral que ha sabido adaptarse a los tiempos sin perder su esencia: El arte del bordado Makinasq´a. Este tipo de bordado, cuyo nombre proviene del quechua y significa "hecho a máquina", es una técnica que fusiona la destreza artesanal con el acompañamiento de herramientas mecánicas, permitiendo crear diseños de una riqueza visual y textural casi incomprensibles.


Orígenes y Significado de la técnica:

Este saber encuentra sus raíces en los Andes peruanos, donde la tradición textil ha sido siempre un lenguaje para contar historias, transmitir creencias y honrar la Pachamama (Madre tierra). Aunque la máquina de coser introduce un componente moderno, cada pieza sigue siendo el resultado de la visión y habilidad del artista popular, quien dirige la aguja con una precisión casi coreográfica, dandole vida a flores, aves, constelaciones, historias y mil y un símbolos que dialogan con la identidad de nuestra cultura.

Esta técnica tiene una presencia notable en el Valle del Colca, donde los artesanos emplean máquinas de coser para plasmar coloridos diseños inspirados en el paisaje, la flora y la fauna locales, reflejando simbólicamente sus raíces Collagua o Cabana, entrelazadas con la identidad del Valle del Colca, en Arequipa. Estos pueblos preincaicos, herederos de una cosmovisión que celebra la conexión con la tierra y el cosmos, dejaron un legado vibrante en sus textiles. Los Collagua, conocidos por la deformación craneana ritual que simbolizaba estatus y conexión espiritual, y los Cabana, con una estética más natural, compartieron un profundo respeto por la naturaleza.

Sus bordados no solo adornaban, sino que eran narraciones visuales de creencias, mitologías y vínculos con los apus y la Pachamama. Motivos geométricos y figurativos—llamas, aves, símbolos astrales—se convierten en fragmentos vivos de estas culturas milenarias.


El año 2018, los conocimientos, saberes y prácticas asociados al bordado en el Valle del Colca fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación, reconociendo su valor cultural y artesanal.

Las primeras máquinas de coser comenzaron a utilizarse en el bordado makinasq´a en la primera mitad del siglo XX. Se atribuye al costurero indígena Julián Choquevilca, originario de San Pablo, en la provincia de Canchis, Cusco, la introducción de esta técnica en la región a principios de la década de 1950. La llegada de la máquina de coser a manibela permitió a los artistas populares explorar nuevas posibilidades sin perder la esencia del bordado tradicional (Digital Commons, Universidad de Nebraska-Lincoln)

Además de su destreza técnica, Choquevilca fue reconocido por su habilidad para crear patrones únicos que reflejaban la identidad cultural de su comunidad. Su trabajo no solo embelleció la vestimenta tradicional, sino que también contribuyó a la preservación y difusión de las técnicas de bordado andino, adaptándolas a los tiempos modernos sin perder su esencia ancestral. Una de sus primeras obras conocidas es un vestido bordado para la hija de la señora Anselma Aragón Durán, elaborado alrededor de 1950-1952 en San Pablo.


Un Arte que sale del alma y que evoluciona

En Agustina, el bordado makinasq´a fue nuestro primer acercamiento con el bordado artesanal, es mucho más que una técnica: es un acto de preservación y evolución. Cada diseño nace de una colaboración entre el equipo creativo y los bordadores, quienes aportan no solo su destreza, sino también su herencia y sensibilidad. A pesar del uso de la máquina, la intervención manual es fundamental, ya que el artesano guía la tela y controla la máquina para crear diseños, lo que demanda una comprensión profunda de los patrones y una coordinación más que precisa.

Es esencial distinguir entre el bordado makinasq´a y el bordado computarizado "No es lo mismo" Mientras que el primero implica el control manual de una máquina de coser por parte de un artista popular, el segundo utiliza máquinas programadas que realizan diseños preestablecidos con mínima intervención humana. El bordado makinasq´a mantiene un alto grado de intervención manual, lo que le confiere su carácter artesanal (Journals OpenEdition).

Un Bordado que Conecta con el Mundo Mágico

Esa afirmación refleja cómo en muchas culturas indígenas, especialmente en los Andes, el arte textil está profundamente ligado a lo sagrado y lo simbólico. Los textiles no solo cumplen una función estética o utilitaria, sino que actúan como medios de comunicación con el mundo espiritual. Cada color, forma y patrón puede tener un significado relacionado con la cosmovisión andina: la conexión con la Pachamama, los apus (espíritus de las montañas) o la dualidad del universo (hanan y hurin).

El arte autóctono refleja la vida, el cosmos, el alma de vivir en comunidad, lleva consigo mensajes de lo perenne.

El bordado makinasq´a no solo embellece, sino que conecta. Une el pasado con el presente, lo ancestral con lo contemporáneo, y a las personas con las historias que visten. En Agustina, cada prenda es un testimonio de esta conexión, un puente entre mundos que, a través del arte textil, se encuentran y se reconocen.

 

Fuentes:





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